miércoles, 25 de noviembre de 2009

Poesía 4

Recuerdo una calle a medio asfaltar

Recuerdo árboles grandes y semi secos

Recuerdo las flores lilas y las hojas moradas de los ciruelos

Recuerdo esas veredas grises y anchas

La tierra

Los pastelones rotos

Dos perros dálmatas detrás de una casa blanca con reja azul

Los gritos alegres de niños trepando hacia el cielo
Voces por las ramas de los ciruelos elevándose

Recuerdo tantas pelotas de cuero

Echar o cachipún para ver quien parte

Último gol gana todo, cuando el sol terminaba de caer y las leches esperaban arriba de las mesas

Un pasaje de casas de ladrillos rojos

Niños jugando, bicicletas con rueditas, algodones de azúcar, volaítos dando vueltas con sus bolsitas de neoprén



Persa




otros gritos en mi calle
Alcachooooooooofas
Eeeeeeeeeeeeeeespárragos
Paltas


Cola-cao



Micros de colores

Piscinas de plástico de 30 cm
Lavanderos de loza
gas de 45

Gasco, Gasco, tan tan los palitos contra el metal





Carretones de madera frente a mi ventana

La casa sin agua con una sola pieza de mi primer mejor amigo

Canutos los domingos


Pichangas interminables en la semana


Petardos
Estrellitas
Chinitas sin alas en las telas de araña




Enjambre de recuerdos en los nidos de la memoria

Éramos niños jugando a jugar
Un sueño soñando con la vida

Cabos de hilos desprendidos, enredados, enlazados
Camino de espigas amarillas, panderetas grises desteñidas

Estambres volcados a volar
Pétalos en la nata mirándonos mirar



Ciruelos sin sombra en medio del verano



Griterío certero de alegrías

Sí, te recuerdo
Aún te recuerdo
Acá en las orillas de estas otras olas
Acá en la ciudad de las piedras coloradas
Acá en la selva espesa de mi memoria teñida de lila y café.

martes, 24 de noviembre de 2009

II capítulo: Los Heladeros Nazis Deben Morir

II

-¿Y cómo está el Andrés? ¿Quedó muy mal?
-No, no tanto, porque igual cachaba un poco a unos locos, así que por eso al final no le pegaron tanto...
-Pero ¿Qué onda? Yo todavía no cachó bien que fue lo que pasó.
-A ver, a mí, lo que el Andrés me contó es que, a ver, ¿Tú sabiai' que está trabajando en una heladería?
-¿En una heladería? No, pa' na'. Bien igual po’, así hace algo por mientras que busca un trabajo más en lo suyo, le va a hacer bien trabajar a ese weón.
- Bueno, en teoría sí, yo pensaba lo mismo, pero tu cachai' igual como es este otro, tiene esa vanidad intelectual culia' y eso le hace pasarla mal en ese tipo de pegas...
- ¿En que sentido? O sea a mí tampoco me gusta hacer pegas mal pagadas y todo eso.
- Si po’ obvio, es que es más que eso, pa’ el Andrés se transforma así cómo en una crisis existencial, casi que sufre y se deprime, siente que su "inteligencia" no le sirve pa' na'.
- Ah que es cuático. Nunca le entendí esa obsesión que tiene, con él toda la buena onda que querai', es interesante hablar con él, sabe caleta sobre ene cosas, pero no sé, siempre tratando de figurar, no sé, es raro, porque no lo necesita, el weón es inteligente, lo malo es que después se cura y ahí no más queda toda la discusión jajaja.
- Bueno, así no más es mi compadre, hay que quererlo como es.
- Eso está claro. Pero qué onda entonces po’. Está trabajando en una heladería, ¿y después?
- Bueno, por esto mismo que te estaba diciendo ha peleado varias veces con la Fabiola, porque onda el Andrés al tercer día no quería ir más a la pega...
- que es pendejo pa' sus weas...
- en estas cosas sí, y ella trataba no sé, de incentivarlo, de motivarlo, si igual era todo pa' que pudieran salir juntos de vacaciones, y bueno yo creo que ella también se da cuenta de esto que nos damos cuenta nosotros y no sé a lo mejor trata de hacer que él vea que en estas cuestiones necesita madurar el cabro, pero él no, porfiado el culiao', que se quiere ir, que ella no lo cacha y la cacha y la espada y la campana de goma y todo eso, haciéndola corta la cuestión es que la noche que pasó todo esto habían peleado al almuerzo, antes de que él se fuera pa’ la pega. Así que ya por eso andaba así como medio achacao’, en otra, estaba enojado con ella, no quería verla y unos compañeros de la pega lo invitaron a tomar a la noche y dije que sí po’. Y buena la wea, es que cuando se van subiendo a la micro pa ir pa' el carrete, tate que recién ahí viene a cachar que el par de weones eran nazis.

- noooo ¿La dura? ¿Nazis nazis? ¿Cómo no había cachado antes?
- Es que no es que los conociera tanto en todo caso. Y al final me dijo que igual eran piolas. O sea había trabajado con ellos algunas veces, un par de tallas por aquí, alguna historia, sí el me había hablado de uno de los locos, y me había dicho que era terrible de buena onda, divertido, de ese tipo de gente que está siempre contando alguna historia divertida, de minas o carretes, o que se yo.
- Pero y entonces ¿Por que chucha se va a carretear con nazis el weón? ¡No es tan marxista leninista, anticapitalista revolucionario y todas esas cuestiones él?
- Bueno, ahí se mezcla todo, estaba chato de la pega, chato de la Fabiola, quería pura tomar y a él siempre le ha gustado eso de salir de noche así a la loca, no saber bien pa' donde va, ni con quién, ni a hacer qué, pensé que era como una aventura, me dijo, y que al final pensaba que podía ser interesante cachar que wea hay que tener dentro de la cabeza pa’ ser nazi...
- Y en Chile más encima, yo en ese caso saludo y me voy pa´la casa, no estoy ni ahí con andar escuchando a nazis weones que la raza y no se que más.
- Bueno, el Andrés lo encontró interesante y además no tenía nada más que hacer y además tenían cervezas...
- Bueno, ese es siempre un buen argumento.
- Así es... Bueno la cosa es que se fue a carretear con estos cabros... estuvo tomándose unas pilsen en una plaza en el centro, y justo llegó una patota de anti-nazis y lo agarraron a él también, lo tenían en el piso, métale patadas cuando justo de reojo alcanzó a reconocer a uno de los cabros, que era el hermano chico punk del Gato, tu lo cachai’, un loco de un colectivo anarquista de la U, si hemos carreteado y todo, bueno la cosa es que lo llama, él lo reconoce y para a los pelaos’ que lo están pateando, lo agarran lo tiran pa' un lado y a los otros locos les siguen pegando...

Poesía 3

Perfume de oleajes en la orilla de mi nostalgia
melodía de mis entrañas

Lágrima de olvido
que vienes con melancolía
a esta hora, la hora de mi hora

Vienes

Vienes como un viento
como caricia o vendaval
vienes

Vienes como fragante humedad
como agua que en mis ojos te impregnas
vienes


Como el día que fue
como el naranja del cielo
vienes

Como jolgorio imprudente
como pelota arriba del árbol
vienes

Vienes como caminata cuneta noche
como mano contra mano en el misterio de la oscuridad
vienes

Vienes como queriendo ser lo que fuiste
como simple barricada de sueños
como queriendo ser mi ahora que me ahoga
mi grito que grita
mi paso que avanza
mi lágrima que llora
mi risa que ríe

Fueron nubes de polvo
fueron rastro aéreo de golondrinas

Fueron el perfume del agua en el jardín

Fueron música en mis mañanas
palabras en mis noches
fueron vueltas y vueltas
penumbra y luz
fue vagar en compañía

Fue mirar un horizonte sin línea
un túnel sin muros
fuimos caminantes sin prisa
en la hora de la risa y de la vida
del llanto y la pasión

Pasos que como un reclamo de mis entrañas vuelven

Como lágrimas

Lágrima que que como futuro sobre mi piel te inscribes


Vienes como aquello que somos vienes
Y somos los senderos que sobre mi ánimo me recorren
somos albedrío en este pasaje precipitado cayendo
somos ayeres encariñados
encallados ayeres de dentaduras brillantes en mi brazo mordiéndome

Somos aquellos mordiscos
aquellas mordeduras
que el tejido de la historia van desgarrando
a los que el tejido de la historia va envolviendo, tejiéndolos en su desgarro ancestral

Vienes como lo que somos, futuro, lágrima, risa, mordisco, pasaje, sonámbulo deambular, abrazo, caricia, mano, fragancia, horizonte

Vienes como lo que somos
misterio de sentidos
abandono pretérito en estas calles, en estas horas, la hora de mi hora