domingo, 29 de noviembre de 2009

Versos insectoides

¿basta publicar? ¿basta escribir? ¿ustedes que dicen? tercera poesía de este día lluvioso, la última antes de ir a dormir o leer... o quizás qué.... la comparto... como siempre, los comentarios o las votaciones son bienvenidas...


"Y la pesadilla me decía: crecerás.
Dejarás atrás las imágenes de dolor y del laberinto
y olvidarás.
Pero en aquel tiempo crecer hubiera sido un crimen.
Estoy aquí, dije, con los perros románticos
y aquí me voy a quedar."
(Los Perros Románticos. Roberto Bolaño)



Alacranes en el crepúsculo

Las puntas venenosas de sus colas

Aguja sutil

Arácnidos en el amanecer

Sus telas de araña frágiles perfectas

Mandíbulas solapadas

Insectos en mi sueño

Melodía de orfeo

Patas y alas

Pelos ínfimos cosquillosos

Picazón en toda la piel

No entres por mi oído

Mantis religiosa en el crepúsculo

Escarabajos al amanecer

Sueño cascarudo confundido en mi mente


Insectos como versos que vienen por todas partes


Versos… último pedazo de tierra del reino animal

Último rincón olvidado y despreciado de aquel vasto reino

Vengan a dormir conmigo en mi sueño maravilloso

El sueño que nos une a todos nosotros desde América por sobre todo este mar

Vengan a soñarme con colores fantásticos

Los que quieran

Los que ustedes quieran

Estoy acá para ustedes

Para todos ustedes




Poema: Salida entre dos ciudades

Poema calentito, recién salido del horno, como el pancito humeante listo pa' hecharle mantequilla






Ayer en la noche salí a caminar por estas calles genovesas estrechas y largas

Fue como un ulular

Como un ulular de oráculos

El ulular bestial de los amigos al otro lado del océano

El ulular presente de las moscas y las lagartijas

El ulular de los enanos malditos de la teve

El ulular recóndito de una ciudad encerrada en su piedra

Piedra piedra piedra

Genova es una vieja señora de piedra

Salvaje en su educación

Una señora de media edad petrificada con el techo cerrado que le cae sobre la sien

Piedras

De niño jugaba a patearlas

Pero esas eran otras calles

anchas

interminables

cuadras y cuadras de asfalto y polvo

y árboles

y ruido ensordecedor

y garabatos gritados desde las micros

y picos dibujados en las paredes

Santiago es un monstruo sediento de sangre. Pero buena onda. Que te abraza riendo mientras te devora.

Cruel en su irresponsabilidad.

Corre despreocupado hacia el precipicio… y nosotros los weones nos reímos

Un monstruito sádico y divertido. Pintoresco.

Salir a caminar.

Mil veces he caminado

Mil veces caminaré

La noche me embriaga

El sol me reanima

Mis pasos me pierden dentro de mi mente

canto

sueño con los ojos abiertos

sueño mis poemas

mi mujer

mis personajes

sueño mi gloria y mi tragedia

sueño mis dos ciudades

La de la piedra y el silencio, la del salvajismo y la exaltación

La de la cordillera, vida eterna gigante tierra apretada erguida por sobre toda nuestra historia

La del mar, calmo tormentoso verde o azul limpio o espumoso oleaje marcando nuestro ritmo

Salir a caminar

Caminar por siempre

Por sobre la vida

Por sobre las flores

Los llantos las penas

Salir a caminar entre estas ciudades eternas encerradas asomadas hablándome emborrachándome con sus visiones

Salir a caminar doliente rapaz alegre onírico paso firme decidido entre el futuro y el ahora

A caminar

Salir

ulular

pasos

oráculo

pies

garabato

vereda

árbol

dedos

Poesía 5: Tensión

Querer reposar como silencio
Metal

Tragarse estas horas
Pozo

Dormir como tiempo hueco
Cóncavo

Esqueleto ataviado negro vestido
Noche

Pasar rampante entre la multitud
Fiesta

Contemplar extasiado nervioso estos minutos hechos apoteosis
Paroxismo

Relojero imperfecto sublime encorvado
Ajustar

Verbo escondido
Mosaico

Espiral estirado al futuro
En el extremo

Cuerda tiempo tensión

Tensa permanencia



Tenso pozo de horas tragado en mi reposo



Tenso esqueleto hueco de cóncavos segundos vestidos de minutos



Descorrer el sipario
Que venga el carnaval

Búsqueda

Más allá

ahora

profundidad del cielo

Frío me quemas

sabor amargo en mi boca

Más allá del cielo
audacia marina

lágrimas y miel

viniste, fuimos, buscamos

Pero no encontramos nada más allá de las puertas

Éramos rebaño de fragmentos
fragmentación del mundo
perdición del momento

éramos excursión nocturna
sabor a noche
olor de estrella

no encontramos nada en el fondo del vaso
en el límite
en la anulación del mundo

no encontramos nada y olvidamos el camino y la puerta cerrada las llaves dentro casa

y ni grillos, ni luciérnagas, ni tiempos, ni caracoles habían en la cima del espiral.

Desolada inmensa vastedad

Entrar en este campo de huesos
flecha de acero arrojada
disparo repentino, martillo que golpeas
astillas, nubes, gritos

arrastrar agotado este enjambre de escombros
destrozar, dentellada feroz en el hígado
derrumbe colapso, puente suspendido en el tiempo


fragmentar, fosa osamenta

apuntar, graznido, descenso abrupto a mi sigilo
torcedura, fisura, tierra quebrada
gritar, arrojar

aullido desolado depositado en la historia
precipitarse, caer perdido
marcha sin rumbo
pampa infinita

Quedó sola la desolación
estepa perdida de recuerdos
infinita amargura de tu vastedad
vientos que soplan en la hierba

Desesperado peregrinar
caminata extraña, punto gris lanzado a la inmensidad
sin destino
sin parte
sin ninguna parte

Violento peregrinar
caída roja de odio
vastedad café del infierno
tonalidad grisácea de mis pasos
eternidad que devoras

Es esta la carne de mi carne
el grito de mi voz
la mano de mi vida
la visión de mi sueño
el olvido atávico existencial
el enfrentamiento perpetuo
la batalla inacabada
la promesa incumplida

Es esta la carne de mi carne
la sangre de mi herida
el sangrar de mi ojo

Mira, es esta mi mano
la que me precipita en el vacío

Mira, es esta mi mano
la que me describe en la perpetuidad